Emiliano se ganó 300 mil dólares en la Lotería Nacional. Su transformación
personal fue inmediata y profunda. Se cambió de casa y ciudad rápidamente. No quería
que lo reconocieran o que le pidieran dinero. Se compró una casona en el sur, cerca de la universidad, que al
ampliarla tenía once habitaciones relativamente dignas y dos baños. Cobraba los
arriendos despiadadamente. El que no paga se va. Todos lo conocían. Le encantaba
vivir de las rentas y cuidaba su repentino patrimonio con una escopeta, con ímpetu.
Eso sí, Emiliano había sido revolucionario siempre, de la primera línea. Predicaba
y practicaba. Vota sólo por los izquierdistas porque anhela construir una
sociedad más justa, solidaria y generosa. Eliminar el actual modelo neoliberal
es una meta intransable. Cuando alguien pretende tocar su patrimonio o
rebajarle sus ingresos, Emiliano se enfurece de inmediato.
Microcuentos, cuentos cortos, microrrelatos inciertos, del escritor electrónico chileno JAIME FARIÑA MORALES.
martes, 11 de febrero de 2020
LA SERENATA QUE SE APAGÓ
Con Rosella éramos compañeros de
la Facultad de Educación. Yo estudiaba Biología y ella Matemáticas. Era guapa,
me gustaba. Me saludaba amablemente. Era popular y con un número importante de
admiradores. La veía y mi corazón palpitaba. Una vez más en la semana
universitaria canté, bailé y reí, y logré con paciencia bailar una canción de
salsa con la princesa. Sólo una. Ella tenía muchas solicitudes. La fiesta
terminó a las 2 de la mañana, cerraron las puertas. Con mi amigo Oliver bebimos
una hora más y emprendimos la marcha a casa. Y al pasar deliberadamente por la
casa de Rosella nos dimos cuenta que su cuarto tenía la luz prendida y logré
divisarla y Oliver me dijo “Tú cantas más o menos bien, cántale una serenata
ahora, es tu gran oportunidad”. Yo, envalentonado, enamorado y borracho, comencé
a cantar el Ay, ay, ay de Osmán Perez Freire. La mejor partitura para la mejor
doncella. Con una gran canción operática iba a cerrar está gran ocasión y
brillaría por las mías. A los quince segundos de mi sublime interpretación
lírica Rosella cerró la ventana y la cortina y apagó la luz. Quedé perturbado, exterminado,
tronado. Mi amigo intentaba consolarme señalándome que Rosella no apreciaba la
música culta. Cuando ella me veía en la Facultad, cambiaba de pasillo. Oliver le
contaba riendo a los compañeros de Biología los sabrosos detalles de mi naufragada
serenata. Era famoso. Toda mi juventud y dignidad se fueron el cementerio.
¿Elegí mal la canción, el escenario, el horario? Los borrachos no solo chocan automóviles,
generando dramas.
domingo, 9 de febrero de 2020
UN KILO DE PAN
En la casa mi madre necesitaba pan y me ofrecí
de voluntaria para ir a comprar, como muchas veces. En la fila larga había un
moreno que consideré guapo de inmediato. Y con la excusa de iniciar una
conversación y sintiéndome algo atrevida le dije: amigo, está es la fila única
de pan y abarrotes. Esa fue la primera burrada que se me ocurrió. El extranjero
me contestó gracias mamita, eres un encanto, eres muy amable y mil cosas más. Empezaron
las guiños sutiles entre los dos y la conversación subió de tono y ya sentados
en la plaza el me indicaba que sería su mayor delicia darme un beso. Yo estaba
noqueada. No sé como esa misma noche terminamos en un motel. Al ingresar al
baño cínicamente me sentí algo sucia y me reía sola. Soy una esforzada
trabajadora y supongo que me puedo dar algunos placeres carnales. La pasé bien
y me fue a dejar a una cuadra de la casa con un halago tras otro. Parecía
candidato. Yo escuchaba en silencio sin hacerle crítica alguna. En mi casa
conservadora y racista nadie supo nada de la jugada erótica. Nos dimos los
teléfonos y no nos vimos más. Yo presentía una relación complicada y me olvidé
de mi coqueta locura. Mi reputación en la oficina, en el barrio y en mi casa es
más que aceptable. Cuando estoy con depresión ingreso a la panadería sin moverme
y me sano, o paso por afuera del motel y me sonrojo. Mi madre aborrece a los
negros, a mí me gustó uno, reservadamente.
MELODRAMA DEL OLVIDO EXTENDIDO
Marchaste hasta el final del continente huyendo
de la mujer que te abandonó. Llevas su fotografía en el bolso. Te embriagas en
ambos polos y supones tocarla. La traición te desdibujo, todos los pronósticos
y proyectos fracasaron de golpe. El beso infiel te bloquea la salida del sol. Elegiste
con ojos terrenales y una extraña intuición a la que iba a ser la mujer de tu
vida y todo se dio vuelta. El olvido es un fardo pesado, una desfiguración. ¿La
boda es una moneda al aire?¿Cuál es el manual de los aciertos? Tomo un trago,
veo una flor o una sonrisa femenina y ella se viene a mí con todo. Ser un novio
derrotado es caminar sin oxígeno.
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