Mira intranquilo el reloj por la
impuntualidad, por el almuerzo que dura poco, durante el transcurso de la tarde
porque desea irse, pirárselas. Su saboneta es su cuate, el histrión que le dona
alegrías cuando queda poco en la fastidiosa jornada, el mayoral que gestiona
sus inhalaciones, el infame que lo mandonea y que lo suelta un rato cuando es
hora de ir a dormir. Su corazón nunca está en la fábrica. El despertador es una
película de terror.
Del blog índice LAS SOTANAS DE SATÁN
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