Compañeros y
compañeras, desde este prestigioso campus les señalo que las medidas tomadas en
la rectoría y en la Federación de estudiantes no descienden a la base
adecuadamente. Falta consulta a los educandos de esta Universidad, considerar
la perspectiva de cada uno. La historia nos enseña que divorciarse del pueblo
es fatal. Nosotros los de abajo, no nos enteramos en detalle de lo que sucede
cuando se toma una decisión. Necesitamos evaluar y supervisar minuciosamente cada
determinación, democráticamente, con el pertinente e incesante monitoreo. Deberíamos
hacer un acto cultural todos los días, en lo posible almorzar y caminar juntos,
casi tomados de la mano. Si jugáramos todos a la ronda día por medio seríamos
más unidos, estaríamos más compenetrados. Y aunque el porcentaje de asambleísmo
de esta dialogante y a veces exasperante Facultad es elevado, falta la adecuada
comunicación, coherencia, sensatez, coordinación y fluidez. Hasta los más duros
y tozudos se marean con tanta palabrería y cabezas de pescado. Atentos compañeros,
no nos podemos empantanar en el análisis sesudo, en la reflexión honda y
persuasiva. Hay cables que están cortados, discursos que son vacíos. Son demasiados
los decenios perdidos. El micrófono es el medio, no el fin. Nunca olvidemos, ni
en broma, que siempre existe una poderosa razón para marchar por la Alameda,
siempre. Y si queremos cambiar la sociedad debemos movilizarnos con convicción
todas las veces que sea necesario, discutiendo cada punto de la agenda
escuchándolos a todos. No bastan horas y horas de encendidas disertaciones y
arengas. No al calambre, sí a la perseverancia. Mi candidatura a la mesa
consiste en proponer, en explicar a los alumnos cada tarde cada paso que se da
mirándolos de frente, dialogar con franqueza con todos los sectores, tomar
decisiones en conjunto e ir exterminado así la demagogia y la charlatanería que
nos agobia.
FIN
Del blog índice LAS
SOTANAS DE SATÁN
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