De tanto negar
a Dios se le endureció la cara, la existencia. Es un ateo devoto, fiel. El ve
un reloj y no imagina que detrás haya un relojero. El divisa la impresionante
creación y no imagina a un Creador. Optó por la beata generación espontánea,
por el azar. Está convencido que fue un acto hechicero repentino el que creó el
cielo y la tierra, sin propósito ni motivación alguna, desde la nada. Entonces
por ser creadora la nada es una divinidad, o al menos cumpliría con algunos
requisitos de ésta. Rara vez duda de su credo y la promoción circunspecta del
ateísmo es su apostolado con una sotana invisible. Es un discípulo de la nada,
de esa nada innovadora y artística que sería el vientre de la suprema creación.
Envejece con su báculo fabricado con la necedad de los siglos. El vacío de su
ser y la soledad le vociferan en la oreja que su vida es miserable mas él se
encadena a sus dogmas con la perseverancia de un fanático religioso y no
atiende a la sensatez ni después de un vaso de vino. Él encontró su camino
esquivando el verdadero, el lógico. Hacia adelante ve un abismo que su
catecismo nunca ha explicado seriamente. Este creyente nunca ha probado nada. Niega
a Dios inflando el pecho, cerrando las puertas de su alma. La majadería es su
paradigma.
Del blog índice LAS SOTANAS DE SATÁN
No hay comentarios:
Publicar un comentario