domingo, 21 de junio de 2015

UN OCÉANO DE VOCABLOS Y DISERTACIONES


Mi esposa habla, habla y habla, con una impresionante energía y a veces yo no escucho nada, es que me bloqueo solo. Lo conveniente es acatar las recomendaciones que ella propone con vitalidad, en cien frases. Yo casi no pronuncio palabra porque prácticamente no es necesario. Tal vez nos falta comunicación, señalan algunos dudosos eruditos. Cuando la miro mis oídos la esquivan subrepticiamente. Con el paso de los trienios obedezco más, oigo menos, camino despacio y abro la boca lo mínimo. El intentar llevar la batuta genera una discusión que perderé irremediablemente. Con su voz y carácter ella me pasa la aplanadora por arriba. Esa mentada falta de comunicación generalmente me es saludable. De vez en cuando su lengua y celular reposan sin paz, es más bien un entretiempo. El sendero más corto y cómodo es asentir con la cabeza con velocidad y sapiencia y dejar que el río fluya, alejándome de cualquier brote de rebeldía sin vacilaciones.

Del blog índice LAS SOTANAS DE SATÁN
            http://lassotanasdesatan.blogspot.com

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