Cuando en mi adolescencia me hacía las famosas
preguntas filosóficas: ¿quién soy yo? ¿qué soy? ¿qué será de mí? es porque ya
sabía que muchas cosas no era debido a mi falta de talento o destrezas
notables. Estos dilemas son más profundos y reiterados en los hombres
ordinarios como yo, en los viandantes. Sé que soy uno más de la galería y que
superar la mediocridad es difícil. La vida en sí es muy dura y ser un
triunfador es un desafío inquietante, que aplasta en la autopista a la gran
mayoría, incluyendo a los presumidos y enmascarados. Los que brillan en su área
son escasos. ¿Quién soy yo? Soy uno más del lote, sólo uno más, eso soy, sin ornamentos.
Algunos lo perciben antes de los veinte años de edad, otros, levantan trofeos y
copas que nunca existieron por un largo periodo. La ansiedad es una pérdida de
tiempo. Eres lo que eres, eso eres. No sientas vergüenza de haber nacido. Con la
vanidad y ajustando historietas nada encubrirás. Ese rostro victorioso tuyo es
una broma de mal gusto.
Del blog índice LAS
SOTANAS DE SATÁN
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