Empecé a consumir la caspa del diablo como parte de la locura de la noche. El ron y la marihuana ya no llenaban mis expectativas. Bailaba y me reía con una energía increíble. Era una cotorra imparable y no dormía casi nada. Encadenado a este vicio me irrito por nada y reaccionó a veces con amenazas o actos violentos. Soy un vasallo de la cruel diosa blanca. La mezcla de alcohol y drogas es lanzarse de un precipicio, jugar a ser un suicida. Se fue la luz de la noche farandulera y transito por un túnel prolongadísimo y angosto sin una vela encendida. El adicto a la cocaína ha desperdiciado su presencia en esta tierra. En mi paranoia tragicómica aparecen demonios en las murallas y ventanas. Mi siquiatra me dijo que eran fantasmas creados por mi vicio, que eran una proyección de mi mente o estado calamitoso. Estos demonios me han doblegado, han aplastado mi voluntad. Si fueran irreales nada sucedería. Cuando encuentre la genuina puerta de salida la derribaré, suplicando. Estoy cansado de estar cansado, de ser una piltrafa, un cadáver ambulante.
http://lassotanasdesatan.blogspot.com
http://microcuentosson.blogspot.com
JAIME FARIÑA MORALES
ARICA-CHILE
No hay comentarios:
Publicar un comentario